Informe anual 2015 sobre la situación de la Economía Social vasca : año 2014
coord. Ignacio Bretos Fernández, José María Pérez de Uralde, November 2015
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Summary :
El Observatorio Vasco de Economía Social (OVES/GEEB) acaba de publicar dos trabajos que se han realizado a lo largo de 2015: el informe extraordinario “Economía Social vasca y Crisis Económica: análisis de su evolución socio-económica entre 2009 y 2013” y el “Informe anual 2015 sobre la situación de la Economía Social vasca”. Entre ambos informes, se realiza un estudio sobre la evolución de la Economía Social vasca durante el periodo de crisis comprendido entre 2009 y 2014.
Es de destacar que el primero de los informes mencionados, “Economía Social vasca y Crisis Económica”, integra un estudio estadístico sobre la evolución de la Economía Social vasca entre 2009 y 2013 a nivel de empleo, número de entidades y contribución económica (medida en términos del Valor Añadido Bruto Generado), que ha sido elaborado por Ignacio Bretos, José María Pérez de Uralde y Jon Morandeira.
Asimismo, el informe incorpora diversas contribuciones de expertos, profesores y profesionales relacionados con el sector que han aportado su visión sobre diversos aspectos de la Economía Social vasca. En concreto, José María Pérez de Uralde se encarga de la apertura del libro con el prólogo; Enekoitz Etxezarreta, Juan Carlos Pérez de Mendiguren y Jon Morandeira se centran en el concepto de Economía Social; Baleren Bakaikoa habla sobre la relación histórica entre el capitalismo y las crisis económicas; Mikel Zurbano aterriza en el contexto de la recesión económica en Euskadi; Alejandro Martínez Charterina engloba la crisis económica en una cuestión más amplia de valores; Aitor Bengoetxea trata el ámbito del empleo de la Economía Social; Jon Morandeira se encarga de analizar las políticas públicas dirigidas a la Economía Social vasca; Jesús García Aréjula estudia la contratación pública y la Economía Social vasca en años de crisis; Pablo Moratalla pone de relieve el caso de los centros especiales de empleo como ejemplo para hacer frente a la crisis; y finalmente, Ignacio Bretos, analiza las dificultades existentes para obtener datos estadísticos oficiales, homogéneos y continuados sobre la Economía Social vasca.
Respecto al segundo de los informes, el “Informe anual 2015 sobre la situación de la Economía Social vasca”, recoge en un formato similar al de años anteriores la situación de la Economía Social vasca con datos relativos a 2014. Es de destacar que, en una progresión constante de mejora y perfeccionamiento de los informes anuales, este informe incorpora nuevos datos, nuevas fuentes y nuevos cruces de variables respecto a años anteriores. Por ejemplo, se han incorporado los nuevos datos de las Haciendas Forales, se presentan nuevos datos sobre las Cofradías de Pescadores obtenidos de las propias Federaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, o se recogen nuevos datos sobre las Entidades de Previsión Social Voluntaria obtenidos de la Dirección de Política Financiera y Recursos Institucionales del Gobierno Vasco.
Respecto a los principales resultados obtenidos de los dos informes, destaca en primer lugar que la Economía Social vasca ha sufrido una ligera tendencia negativa a lo largo de los años de crisis a nivel de empleo, número de entidades y generación de Valor Añadido Bruto. Sin embargo, si comparamos con la evolución de la economía general de la CAPV, se observa que la Economía Social ha respondido en mejores condiciones, especialmente a nivel de empleo y de número de entidades, durante todos los años de crisis del periodo 2009-2014, excepto en 2012, annus horribilis para la Economía Social vasca y la mayoría de sectores económicos.
En cambio, la capacidad de generación de Valor Añadido Bruto de la Economía Social vasca ha disminuido durante los años de crisis, probablemente debido a uno de los principios fundamentales de este tipo de economía: la anteposición de la persona al capital; es decir, del empleo frente a la obtención de resultados económicos. En este sentido, la Economía Social ha sido capaz de generar empleo de calidad, es decir, no ha aumentado la precariedad laboral, siendo la mayor parte del empleo societario o fijo y, además, existe una mayor tendencia a la feminización del empleo, logrando un mejor equilibrio entre el empleo masculino y femenino. Asimismo, se ha generado cohesión social en una coyuntura económica marcada por el aumento de la desigualdad social y la precarización del empleo.
Atendiendo a la evolución más específica de las principales familias de la Economía Social vasca, destaca la extraordinaria respuesta de Empresas de Inserción y, especialmente, de los Centros Especiales de Empleo ante la crisis erigiéndose como recursos fundamentales para la inserción socio-laboral de los colectivos más desfavorecidos. Por su parte, las Cooperativas han sido capaces de mantener en términos generales el empleo. Asimismo, regiones como el Alto Deba, donde existe una mayor presencia de empleo cooperativo, muestran los mejores índices de bienestar social y riqueza. Por último, si bien las Sociedades Laborales han sufrido en mayor medida el impacto de la crisis, en los últimos años muestran una tendencia de mejora que se ha corroborado en 2014, con un incremento en el empleo respecto a 2013.