El Buen Vivir como paradigma societal alternativo
Dossieres EsF nº 23, Otoño 2016
Coordinado por Fernando García-Quero, José Guardiola, Economistas sin Fronteras, Madrid, España, noviembre 2016
Hace más de una década que el concepto de Buen Vivir (suma qamaña en vocabulario aymara bolivariano y sumak kawsay en quechua ecuatoriano) irrumpió con fuerza en la arena política y académica internacional. Su incorporación en los debates constituyentes de Bolivia y Ecuador y posteriormente en las constituciones de ambos países (Bolivia, 2009; Ecuador, 2008) supuso el punto de partida de una intensa literatura que ha girado en torno a sus significados, sus prácticas y sus influencias. Si bien son numerosas las publicaciones científicas sobre la temática, las discusiones no han trascendido aún lo suficiente al “gran público”, al menos más allá de la órbita latinoamericana.
Por lo general, cuando se menciona Buen Vivir (BV) en el contexto europeo-español, y hablamos con conocimiento de causa, pareciese que se habla de ocio y tiempo libre, de cerveza y playa o de un eslogan publicitario. Son pocas las personas que, más allá de verse atraídas por lo llamativo del término, conocen su carga teórica-política y saben que ésta puede alumbrar formas renovadas de convivencia armónica para todos los seres vivos del planeta.
Con la publicación que tienen entre manos (o en la pantalla de sus dispositivos electrónicos) no sólo intentamos hacer más accesible el conocimiento sobre la temática, también pretendemos exponer algunos de los últimos debates en torno a la misma y conectarlos con otras propuestas de crítica social amenazadoras para el pensamiento único y su mantra repetido hasta la saciedad “there is no alternatives (no hay alternativas)".
Para ello contamos con seis aportaciones de personas vinculadas a la academia y a los movimientos sociales. Ellas y ellos analizan algunas de las discusiones contemporáneas relacionadas con el BV, sus antecedentes, contenidos, fines, propuestas y problemáticas.
En la primera contribución (“Alternativas al desarrollo y Buen Vivir”), Eduardo Gudynas (Centro Latinoamericano de Ecología Social, Uruguay) repasa el surgimiento del BV, sus usos (original, restringido, genérico), pluralidades y coincidencias. Nos muestra cómo las ideas englobadas bajo su denominación son mucho más que folklore indígena y suponen una oportunidad global de lucha y alternativas contra las fallidas estrategias convencionales de desarrollo. Su texto ofrece una panorámica general de posibles puntos de confluencia o distanciamiento entre ensayos progresistas (sudamericanos y europeos) y las ideas originales del BV.
En una línea argumental similar, Adrián Beling (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Argentina) y Julien Vanhulst (Universidad Católica del Maule, Chile) dedican su texto (“Aportes para una genealogía glocal del Buen Vivir”) a demostrar, mediante una exhaustiva revisión histórica y una propuesta de reconstrucción genealógica, cómo el BV permite fertilizaciones cruzadas con otros discursos holistas y eco-céntricos de transición. En su propuesta identifican siete factores contextuales a nivel internacional, seis a nivel regional-local y cuatro fases por las que ha transitado la emergencia del discurso sobre el BV: antes de la década de 2000, preludio a los procesos de reforma constitucional (2000-2008), reformas constitucionales y materializaciones institucionales y programáticas (2007-2009), post-constituyente (2010-2016).
La siguiente aportación (“La compleja construcción histórica del Vivir Bien en Bolivia: de resistencias indígenas a política del Estado”) está a cargo de Eija Ranta (University of Helsinki, Finlandia). La autora realiza un minucioso recorrido histórico a partir de las luchas indígenas ligadas a la tierra, el territorio, la autonomía y la autodeterminación de las comunidades en Bolivia. A través de su experiencia de campo en este país, nos muestra cómo el culturalismo indígena, el katarismo indígena-campesino, las organizaciones de la educación intercultural bilingüe y las luchas de anti-globalización se combinaron internamente en una agenda política estatal heterogénea y diversa: el Vivir Bien boliviano.
El texto (“Desarrollo Humano, Ética y Cosmovisión Andina”) de Ana E. Carballo (University of Melbourney, Australia) está centrado en analizar las conexiones y discordancias entre las propuestas éticas presentes en el enfoque de Desarrollo Humano (DH) y las vinculadas a la filosofía andina del BV (principalmente a las nociones de ayllu y pachamama). En su contribución advierte que las convergencias entre DH y BV, lejos de ofrecer un cuestionamiento profundo de las ideas coloniales occidentales y modernas, permiten la construcción de paradigmas menos específicos (“paradigma del desarrollo humano”) que las refuerzan, cooptando su capacidad crítica y despolitizando proyectos políticos alternativos.
Patricio Carpio Benalcázar (Universidad de Cuenca, Ecuador), en su aportación (“El Buen Vivir y la Economía Social y Solidaria”), tras un breve repaso sobre algunas de las teorías que han girado en torno a los debates del desarrollo, presenta algunos de los “nutrientes” epistemológicos y partes integrantes constitutivas del BV (pluri-diversidades, soberanías, eco-armonías y otras economías). Posteriormente, muestra diferentes perspectivas (sustentabilidad, satisfacción, equidad, articulación y soberanías, entre otras) que deben ser incluidas para generar una Economía Social y Solidaria en concordancia con el paradigma del BV y la Constitución ecuatoriana.
La última contribución (“La sostenibilidad de la vida como eje para convergencias teóricas y políticas”), elaborada por Silvia Vega Ugalde (Universidad Central del Ecuador) aboga por la necesidad de reorganizar colectivamente el funcionamiento de la sociedad y de la economía para poner en el centro la reproducción y el cuidado de la vida. Su texto muestra cómo el significado dado por los feminismos a la noción de sustentabilidad de la vida no está presente en las connotaciones que esta categoría adquiere en otros paradigmas de transición (ecologismos, sumak kawsay, economía social y solidaria, decrecimiento y comunitarismo). Por ello, la problematización del orden androcéntrico debe insertarse horizontalmente en cualquier propuesta teórica y política transformadora. Generar convergencias reales requerirá de un esfuerzo ideológico-teórico-político deliberado.
Los textos presentados tienen diversas aristas que contribuyen a reseñar la necesidad de construir “nuevas” formas de organización y convivencia expandidas comunitaria y ecológicamente (buenos vivires). Para éstas, la sostenibilidad de la vida, de la comunidad y de la naturaleza tienen que situarse en el centro del debate, lo que conllevará marcos éticos que asignen y reconozcan el valor intrínseco de la vida no humana.
El BV, y los buenos vivires, son alternativas a tener muy en consideración en el presente, sin embargo será necesario ponerlas en acción mediante actuaciones locales conectadas a sus territorios e inspiradas en procesos continuados de reflexión comunitaria. Esperamos que este dossier ayude humildemente a la tarea. Queda mucho por hacer pero, como dice Benjamín Prado, “ya no es tarde”.