SEMINARIO ASOCAM Artemio Pérez

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Artemio Pérez - Grupo Temático - Desarrollo Económico Territorial Inclusivo, avances en la región

América Latina está en una ola de democratización, con gobiernos “progresistas” en varios países, iniciando un nuevo ciclo de gobiernos de nueva generación en oposición a ciclos anteriores, de los 70 y 80 que terminó con gobiernos populistas casi quebrando los Estados y el modelo neoliberal que casi desaparece al Estado. Las economías nacionales en su mayoría han crecido de manera sostenida en los últimos diez años y la inclusión social es un tema en la agenda pública en todos los países. Los modelos económicos de concepciones neoliberales han pasado a ser más equilibrados y plurales, apareciendo las reformas del Estado, convirtiéndose en Estados más eficientes, con recuperación de la política como generador de los “contornos de la sociedad”. Se mantienen problemas estructurales como la inequidad, la exclusión y la pobreza, y en varios países el crecimiento muy dependiente de buenos precios de los recursos naturales.

Lo que sucede en nuestros países, sobre todo en los que tienen un bajo nivel de institucionalidad es que se diseñan políticas públicas pero no hay gestión de las mismas, la incidencia llega hasta el momento de la concepción de las políticas, los actores sociales tienen toda la capacidad de proponer, negociar, acordar a su favor ciertas reglas que cambien la estructura del poder. Lo ideal sería que al armar un programa de incidencia se tenga claro el ciclo de la gestión pública, los recursos y energías para gerenciar la política territorial. Han existido algunos modelos de incidencia, desde la movilización, la oferta política, la anticipación, la acción corporativista y la ventana de oportunidad. La forma de trabajar la incidencia en gobiernos progresistas, que muchas veces están armados con personas que antes trabajaban en proyectos de desarrollo, es buscando la oportunidad de enganchar los problemas en los eventos políticos, así resulta más fácil poner las alternativas y propuestas en la agenda pública.

La economía social y solidaria es una alternativa potencial a la economía pública y en pro de un desarrollo social y económico colectivo no excluyente, son las cooperativas, el trabajo asociado, mutuales, organizaciones sin fines de lucro, comunidades, autogestión, trabajo doméstico. Se la conoce también como tercer sector, sector solidario, sector voluntario, sector no lucrativo, economía solidaria, iniciativa social, todas ellas designan realidades muy próximas. Tiene principios básicos como el trabajo para todos, la producción socialmente responsable, la solidaridad del grupo, la solidaridad extendida, la no explotación del trabajo ajeno y justicia distributiva, otras alternativas a la circulación de bienes, la reciprocidad, el consumo responsable, la libre iniciativa, el pluralismo y la diversidad, y la territorialidad. En América Latina ha habido avances en políticas públicas para la economía social y solidaria, con el diseño y aprobación de leyes, reformas constitucionale, implementación y despliegue territorial.

Hay elementos de la economía social y solidaria que fortalecen el desarrollo económico territorial y que además pueden ayudar a la sostenibilidad, como el comercio justo, la producción responsable, el consumo ético, los servicios de proximidad, al innovación tecnológica con intercambio de saberes y finanzas solidarias. La economía solidaria tiene una expresión adicional, emergente de las diversas economías que se configuran en los territorios, no es posible concebirlas aisladas, tienen puntos de encuentro y es un desafío para la investigación académica.

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