Estado y Desarrollo: Una Reflexión en Plena Evolución
El tema del desarrollo es inseperable al del Estado. Desde hace más de tres siglos se debate acerca del nivel de intervención que debe tener el estado sobre el desarrollo. En el siglo XVIII, varias visiones se confrontaban: ¿Es necesario dejar funcionar al mercado libremente ( lo que conduciría a una asignación óptima de los recursos ), como lo hacían conocer los economistas como J.B. Say y A. Smith? O más bien ¿Es necesaria la intervención del estado, sobre todo para proteger nuevas industrias? (cf. F. List)
Compendio :
El crecimiento acelerado en los paises del Sudeste Asiático dio lugar a un nuevo concepto en el cual el Estado permitió un despegue económico, guiando las opciones económicas, encontrandose cerca de las empresas, practicando políticas industriales selectivas y manipulando las tasas de interés al beneficio de las empresas. Esto fue llamado el « Capitalism development state » con el fin de aclarar la colaboración entre la burocracia y las empresas. Por otra parte, la Banca Mundial que durante numerosos años alabó el liberalismo, regresó a su posición declarando en 1997 que « Es preferible un Estado eficaz y competente que un estado minímo » o aun más « El desarrollo sin el Estado fracasará ».
Así la función del estado como actor del desarrollo será malentendida en varias ocaciones.
Los años ochenta destacarón por las políticas de ajustamiento estructural de los paises en desarrollo. Cuando las recomendaciones que salían de la Banca Mundial y del Fondo Monetario Internacional señalaban el retiro necesario del Estado.
En 1997, las consecuencias de la crisis Asiática revelaron las fallas de un " Estado Pro » y de un desarrollo que se basaba en una colusión entre el Estado, los Bancos y las Empresas. Dichas relaciones que ciertamente impulsaron el desarrollo económico, encontrarón sus límites en la corrupción, los bancos no independientes del poder, las empresas que se dejaban endeudar y depasaban sus inversiones fácilmente.
En todos los casos la opinión general, es que el Estado es indispensable al desarrollo: el mercado no lo puede substituir. Así es como en adelante es necesaría una redifinición de la función del Estado la cuál debera contener:
Un Estado estabilizador.
Un Estado transparente y sólido, fortalecido en sus sistemas fiscales.
Un Estado en la busqueda permanente de la información.
Un Estado que realiza las prospecciones de las vías y de las actividades del futuro.
Un Estado organizador de la solidaridad nacional, de todas las infraestructuras sociales como la salud, la educación, la capacitación. Un Estado que debe no solamente promover las innovaciones técnicas, sino también las sociales.
Un Estado organizador de la solidaridad entre el Norte y el Sur.
Además de todas estas restructuraciones, el Estado se encuentra frente a dos resistencias: El aumento de los problemas globales por una parte y la sociedad civil por la otra, que se convierte en un contra-poder creciente.
El Estado hoy día se encuentra en un cruce, él tiene que hacer frentre a una redefinición interna; que se encuentra entre el local, nacional e internacional; los problemas globales se muestran cruciales (cambios climáticos, medio ambiente, drogas, deudas, sequías…) y sin poder ignorar a la sociedad civil.
Todos estos son puntos que el Estado deberá revelar en el comienzo del siglo XXI